Como todos los aƱos, cuando llega el 19 de marzo y celebramos el dĆa del Padre se nos ofrece la posibilidad de agradecer la vida de tantos hombres que comprenden que ser padre no se reduce a un hecho biológico sino que lo viven como una misión.
Por otro lado cuando preguntamos a algunas personas por la palabra padre, nos responden cosas como: es mi amigo, es un modelo y otros nos responden con el silencio. Sabemos que el silencio tambiĆ©n es una respuesta y merece nuestro mayor respeto. Gracias a esos silencios queremos abordar en este dĆa un tema importante: laĀ paternidad responsable.
El tema de la paternidad responsable sigue siendo un problema que se padece en muchos lugares del mundo, del que nuestro paĆs no es ajeno. AsĆ lo afirmó el padre Mulewo Yoki Clement, en una entrevista al programa de radio Construyendo CiudadanĆa.
«Nuestra sociedad registra muchos casos de fuga de paternidad y la fuga de paternidad es la negación o el rechazo de asumir las responsabilidades paternales o maternales en relación a los hijos nacidos. Las mujeres reclaman mucho sobre esta actitud de los hombres que las embarazan y abandonan sin asumir el fruto de sus relaciones y decisiones»
La paternidad responsable se ha convertido en los Ćŗltimos aƱos en un asunto de gran importancia. Antiguamente se creĆa que la paternidad se reducĆa al Ć”mbito privado, al de la familia, la idea dominante era que Ā«los problemas de familia se resuelven dentro de ellaĀ». Sin embargo, con la irrupción fuerte de lo pĆŗblico dentro de la vida cotidiana, tambiĆ©n esta realidad dio un salto a la esfera pĆŗblica. Ahora se comprende que la asunción de la responsabilidad por parte de los padres (y madres) es algo que nos compete a todos.
Entre las causas que de la «fuga de paternidad«, el padre Mulewo señala: la insuficiencia del salario para sustentar a la familia, el mal uso del dinero puede llevar a la negligencia con los hijos, la prostitución de uno de los cónyuges conduce a la negación de la acción paternal sobre los hijos, la infidelidad de uno de los cónyuges lleva al otro a abandonar a los hijos, la irresponsabilidad de los padres en el cuidado de los hijos sobre todo en relación a la salud, vestuario y habitación.
La sociedad no puede ser indiferente ante esta realidad, la cuestión de la seguridad de los niños nos compete a todos y cada uno. El Estado, en su propio dominio, también tiene que seguir ampliando su capacidad, para garantizar las condiciones necesarias que permitan un mayor resguardo legal ante esta situación.