El Santo Padre comienza por saludar a las familias, los gobernantes, los líderes religiosos y a todos los pueblos y naciones del mundo y lo hace diciendo “Dios no es indiferente; le importa la humanidad. Dios no la abandona. Con esta profunda convicción, quiero al inicio de este nuevo año, formular votos de paz y de muchas bendiciones, bajo el signo de la esperanza.
El mensaje está dividido en siete subtemas que son: conservar las razones de la esperanza; algunas formas de indiferencia globalizada, de la indiferencia a la misericordia: la conversión del corazón; fomentar una cultura de solidaridad, misericordia y compasión; la paz bajo el signo del Jubileo de la misericordia. El mensaje contiene ocho puntos en los cuales, el Sumo Pontífice aborda cuestiones actuales de la sociedad.
El Papa destacó en su mensaje los grandes acontecimientos que marcaron el mundo como la Cumbre de Paris sobre el clima-Cop, 21, Francisco dice que encuentros como estos, ayudan a procurar nuevos caminos para enfrentar las alteraciones climáticas y salvaguardar el bienestar de la tierra, nuestra casa común. Resaltó también la realización de la Cumbre de Adis-Abeba para la recaudación de los fondos destinados al desarrollo sostenible del mundo; y la adopción, por parte de las Naciones Unidas de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que pretende alcanzar hasta ese año una existencia más digna para todos, sobre todo para los pobres de la tierra.
El Santo Padre, se mostró preocupado con la indiferencia que muchas veces llega a justificar alginas políticas económicas deplorables, precursoras de injusticias, divisiones y violencias, que pretenden la consecución del propio bienestar o de la nación. Con efecto, no es raro que los proyectos económicos y políticos de los hombres tengan por objetivo la conquista o la manutención del poder y de las riquezas, mismo a costa de violar los derechos y las exigencias fundamentales de los otros. Cuando los pueblos ven negados sus derechos elementales, como el alimento, el agua, los cuidados de salud o el trabajo, sienten la tentación de obtenerlos a la fuerza.