Luanda
Este día queremos reflexionar juntos sobre los Derechos de la Familia. Hablar de la familia es importante porque no existe ninguna persona que viva fuera de ella. La familia, es una realidad que todos quieren y critican, pero es innegable que todos necesitamos de ella. Estudios realizador en diferentes países a lo largo del tiempo confirman, sin exagerar, que la familia es el primer valor deseado.
Constatamos la importancia de la familia cuando observamos que instituciones con responsabilidades a nivel mundial, así como la ley constitucional de varios países luchan por el reconocimiento de la familia al afirmar:
“La familia es el centro y el corazón de la civilización del amor. La familia es la primera y fundamental estructura a favor de la ecología humana y el centro en el cual el ser humano recibe las primeras y determinantes nociones acerca de la verdad y del bien, el lugar donde aprende lo que significa amar y ser amado y, consecuentemente, lo que quiere decir en concreto, ser una persona”
En Angola pueden destacarse varias dimensiones positivas a favor de la familia tales como: la veneración de los antepasados; el amor y apertura a la vida; el valor de la familia amplia; la hospitalidad. Todas estas dimensiones constituyen un innegable aporte que el continente africano hace al mundo.
Sin embargo, las culturas africanas, en esta como en otras regiones del continente, presentan algunos obstáculos a la realización de la familia, y al respeto de los Derechos de la Familia, así como al respeto de los derechos de sus miembros tales como: la poligamia; las parejas de hecho, ciertas prácticas de casamiento tradicional que hoy se presentan más como un negocio, mentalidad y difamación de brujería. Cada una de estas realidades son un problema que requieren que todos nosotros busquemos nuevos caminos que permitan un mejor desarrollo de las familias.
Derechos humanos de la familia son antes que todo una llamada a la protección que los Estados deben dar a nivel de las condiciones socio-económicas que tornen posible la vida en familia, y en igualdad de oportunidades, tales son los derechos a vivienda, salud, educación, trabajo; a la protección en la vejez, en el desempleo y de los miembros portadores de deficiencias.