01 de Junio
El mes de junio se celebra el Día internacional del Niño y justo a mitad de mes, en concreto el día 16, celebramos el Día del Niño Africano. Dos fechas significativas que nos recuerdan la importancia de reflexionar sobre la situación en la que viven y crecen los más pequeños de nuestro mundo.
Muchas veces nuestra mirada hacia los niños es demasiado simple y en consecuencia la relación que establecemos con ellos o es de una excesiva protección o de un desinterés total pues llegamos a pensar que de ellos “nada podemos aprender”, cosa más lejos de la realidad, pues los niños nos ayudan a descubrir el mundo desde una perspectiva diferente. Cuántas veces hemos sido sorprendidos por ellos, quizá no por sus respuestas, pero si por sus preguntas.
Ahora bien, las relaciones que establecemos con los niños no son ajenas a los contextos en los cuales vivimos. Al referirnos a los contextos, estamos hablando del ambiente social, político, cultural, familiar en el cual nos movemos. Los contextos en los cuales crecen los niños influyen de manera significativa (aunque nunca determinante) en su respectivo desarrollo. Así, el desarrollo de sus capacidades intelectuales, afectivas, sociales tienen relación con la educación que reciben, la alimentación de la cual se benefician, la seguridad en la que crecen, etc.
La Ley Constitucional angolana, en su artículo 30º, dice que “los niños constituyen la absoluta prioridad, por lo que gozan de especial protección de la familia, del Estado y de la sociedad con vista a su desarrollo integral“. Consideramos que en Angola aun queda camino por andar, pues constatamos muchas situaciones en las que los niños son víctimas de una serie de abusos: abandono o desestructuración familiar, precariedad en la atención educativa y de salud por parte del Estado, etc.
Este mes de junio del 2014 se torna en oportunidad para pensar mecanismos de defensa y protección de los niños, así como estrategias justas y viables que favorezcan el desarrollo de las capacidades de sus capacidades.